Remuerto

¿Cuál es la mejor herramienta de manipulación de masas?

Sin duda el miedo.

Los gobiernos, sobre todo los dictatoriales, las religiones, incluso las supuestamente basadas en el amor, amenazan con purgatorios e infiernos, algunos padres que al perder la paciencia ante la negativa de un hijo que no quiere comer, recurren al miedo a un golpe para que la arisca boca se abra.

¿Y toda esta introducción para qué?

En mi país, como en todos, siempre ha existido la delincuencia, pero actualmente, estamos viviendo un proceso en el cual la inmigración desenfrenada y sin control, nos ha traído cosas buenas, pero lamentablemente también, modelos de delincuencia desconocidos para nosotros, y de esto, se están aprovechando los medios de comunicación, propiedad de unos pocos grupos económicos, para mantener a la población en un estado de permanente pánico ante lo que podría suceder.

En los medios audiovisuales de comunicación, repiten hasta el cansancio la noticia de un asesinato, ojalá con un acercamiento de la victima y un hilo de sangre dibujando formas extrañas en el pavimento. Por supuesto el periodista a cargo, intentará obtener alguna lagrima de un testigo, idealmente un familiar, y las imágenes se repetirán una y otra vez hasta que lo único que exista en la mente de quien está de este lado de la pantalla, solo sea la posibilidad de que, a el mismo, o peor aún, a alguno de sus seres queridos, le ocurra lo mismo.

Alguna vez, el miedo al hambre hacía que miles e incluso millones, trabajasen hasta el agotamiento para llevar comida a su familia, lo que les impedía pensar en como salir del hoyo en el que se encontraban.

Hoy en cambio, la estrategia ha cambiado, en nuestros países donde el hambre ya parece no ser tema, la herramienta miedo, se ha modificado, ahora es el miedo a ser asaltado, herido, torturado o incluso, asesinado.

Quien vive con miedo, no es capaz de liberar sus pensamientos para ir más allá de la frontera psicológica que este le provoca.

Es verdad, tanto la ocurrencia como la violencia de los hechos delictuales han aumentado, pero, aun así, no estamos tan mal como en algunos países vecinos.

La sensación de inseguridad es muy superior a lo que realmente ocurre en las calles, calles que por lo demás, a partir de cierta hora de la noche, están siendo abandonadas, generando un terreno fértil para que la violencia se multiplique contra los incautos que aparecerán en los noticieros, dando más material a los medios.

Es cierto que a esa persona que ofreció resistencia a unos ladrones que pretendieron robarle el teléfono móvil, terminó siendo acuchillado cobardemente y luego murió, pero ¿será necesario referirse a los hechos por más de 2 horas en el noticiero de la mañana cuando las familias suelen desayunar con el televisor encendido como música de fondo?

La victima no solo murió, sino que remurió al menos 10 veces durante el noticiero.

Detrás de un medio de comunicación siempre existe un grupo económico, el cual evidentemente dicta una línea editorial de su conveniencia.

Ante el desequilibrio entre la sensación de inseguridad y la ocurrencia de hechos delictuales, habría que preguntarse a quien le conviene tener a l población en un estado de miedo perpetuo.

Recuerdo cuando en época post dictadura militar, comenzaron a explotar bombas en torres de tendido eléctrico y otros servicios básicos. Con el tiempo se supo que eran ex militares de los servicios de inteligencia, desempleados, quienes las instalaban como para que el miedo hiciese que la población los pidiera de vuelta.

Afortunadamente no tuvieron éxito y las bombas terminaron.

Los medios están transformando las aprensiones en miedos.

Que curioso, mismas letras en las 2 palabras.

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